Cibercrimen: una amenaza global que supera al tráfico de armas, drogas y personas.
El cibercrimen es una de las formas de delincuencia más lucrativas y peligrosas del mundo. Según un informe de la ONU, el cibercrimen mueve más dinero que el tráfico de armas, drogas y personas juntos, y afecta a millones de víctimas cada año.
El cibercrimen se define como toda aquella actividad ilícita que se realiza en el entorno digital, espacio digital o de Internet, utilizando o atacando computadoras, redes, dispositivos o sistemas de información. El cibercrimen puede tener diversos fines, como obtener beneficios económicos, causar daños, robar datos, extorsionar, espiar o difundir contenidos ilegales.
Entre los tipos de cibercrimen más comunes se encuentran:
- El fraude por correo electrónico e Internet, que consiste en engañar a las víctimas para que revelen sus datos personales o bancarios, o para que paguen por servicios o productos falsos.
- El robo de identidad, que implica el uso de información personal robada para cometer otros delitos, como solicitar créditos, realizar compras o acceder a cuentas online.
- El robo de datos financieros o de pagos con tarjetas, que supone el acceso ilegal a los sistemas de pago electrónicos para obtener o transferir dinero.
- El robo y venta de datos corporativos, que afecta a la seguridad y competitividad de las empresas e instituciones, al exponer su información confidencial o estratégica.
- La ciberextorsión, que consiste en amenazar con realizar un ataque informático o difundir información comprometedora si no se paga un rescate.
- Los ataques de ransomware, que son un tipo de ciberextorsión que bloquea el acceso a los archivos o sistemas de las víctimas hasta que se paga un rescate para recuperarlos.
- El cryptojacking, que es una técnica que utiliza los recursos informáticos de las víctimas para generar criptomonedas sin su consentimiento ni conocimiento.
- El ciberespionaje, que implica el acceso no autorizado a los datos gubernamentales o empresariales con fines políticos, militares o comerciales.
- La interferencia con sistemas, que compromete el funcionamiento o la seguridad de una red o un servicio informático mediante ataques como los de denegación de servicio (DoS) o los de suplantación de identidad (phishing).
- La infracción de derechos de autor, que viola las normas legales que protegen las obras intelectuales como libros, música, películas o software.
- Las apuestas ilegales, que se realizan a través de plataformas online que no cumplen con la legislación vigente ni garantizan la protección de los usuarios.
- La venta de artículos ilegales en línea, que incluye productos como armas, drogas, órganos humanos o animales en peligro de extinción.
- La pornografía infantil, que implica la solicitud, producción o posesión de imágenes o vídeos sexuales de menores de edad.
El cibercrimen representa un desafío global para la seguridad y la justicia. Su prevención y persecución requieren una mayor cooperación internacional y una mayor concienciación y protección por parte de los usuarios. Algunas medidas para evitar ser víctima del cibercrimen son:
- Instalar un software antivirus y una VPN en los dispositivos informáticos y mantenerlos actualizados.
- Usar contraseñas seguras y diferentes para cada cuenta online y cambiarlas periódicamente.
- No abrir correos electrónicos ni archivos adjuntos sospechosos ni hacer clic en enlaces desconocidos.
- Verificar la autenticidad y seguridad de los sitios web antes de introducir datos personales o bancarios.
- No compartir información sensible ni confidencial por Internet ni redes sociales.
- Hacer copias de seguridad de los archivos importantes y almacenarlos en un lugar seguro.
- Denunciar cualquier actividad o contenido ilegal que se detecte en Internet.